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SARRERA DESBERDINA:

Servicio (economía)

Un servicio es un conjunto de actividades que buscan satisfacer las necesidades de un cliente.[1]​ Ejemplos de servicios incluyen el trabajo realizado por barberos, médicos, abogados, mecánicos, bancos, compañías de seguros, etc. Los servicios públicos incluyen una diversidad de actividades desempeñadas por un gran número de personas (funcionarios, empleados) e instituciones que trabajan para el estado; entre estos pueden estar los servicios de: electricidad, agua potable, limpieza, teléfono, telégrafo, correo, transporte, educación, internet, sanidad, asistencia social, etc. Lo servicios son el equivalente no material de un bien. Un servicio se diferencia de un bien en que el primero se consume y se desgasta mientras que el segundo se mantiene perdurable, en general, durante más tiempo.
Al proveer algún nivel de habilidad, ingenio y experiencia, los proveedores de un servicio participan en una economía sin las restricciones de llevar inventario pesado o preocuparse por voluminosas materias primas. Por otro lado, requiere constante inversión en mercadotecnia, capacitaciones y actualización de cara a la competencia, la cual tiene igualmente pocas r
Los proveedores de servicios componen el sector terciario de la industria.
Un servicio tiene como resultado llevar a cabo al menos una actividad en la interfaz entre el proveedor y el cliente, donde el servicio generalmente es intangible. La prestación de un servicio puede implicar:
Hay diversas maneras de clasificar los servicios[2]​. Una de ellas es clasificándola en servicios públicos y privados.
Las características que poseen los servicios y que los distinguen de los bienes son[3]​:
Para llevar a cabo un servicio son necesarias las bases fundamentales, es decir, los principios del servicio, los cuales pueden servir de guía para adiestrar o capacitar a los empleados encargados de esta vital actividad económica, así como proporcionar orientación de cómo mejorar. Los principios del servicio se dividen en principios básicos del servicio y principios del servicio al cliente.
Los principios básicos del servicio son la filosofía subyacente de este, que sirven para entenderlo y, a su vez, aplicarlo de la mejor manera para el aprovechamiento de sus beneficios por la empresa.
Existen varios principios que se deben seguir al llevar a cabo el servicio al cliente, estos pueden facilitar la visión que se tiene acerca del aspecto más importante del servicio al cliente.
La siguiente es una lista de industrias de servicios, agrupadas en sectores. Las anotaciones entre paréntesis indican cómo determinadas ocupaciones y organizaciones pueden considerarse industrias de servicios en la medida en que prestan un servicio intangible, en contraposición a un bien tangible.[4]
Actitud de servicio: Convicción íntima de que es un honor servir.
Satisfacción del usuario: Intención de vender satisfacción más que productos.
Dado el carácter transitorio, inmediatista y variable de los servicios, se requiere una actitud positiva, dinámica y abierta: esto es, la filosofía de “todo problema tiene una solución”, si se sabe buscar.
Toda la actividad se sustenta sobre bases éticas: es inmoral cobrar cuando no se ha dado nada ni se va a dar.
El buen servidor es quien se encuentra satisfecho dentro de la empresa, situación que lo estimula a servir con gusto a los clientes: no se puede esperar buenos servicios de quien se siente esclavizado, frustrado, explotado y respira hostilidad contra la propia empresa.
Tratando de instituciones de autoridad, se plantea una continuidad que va desde el polo autoritario (el poder) hacia el polo democrático (el servicio): en el polo autoritario hay siempre el riesgo de la prepotencia y del mal servicio. Cuanto más nos alejemos del primer polo, mejor estaremos.
Hacer de la calidad un hábito y un marco de referencia.
Establecer las especificaciones de los productos y servicios de común acuerdo con todo el personal y con los clientes y proveedores.
Sistemas, no sonrisas. Decir “por favor”, "corazón" y “gracias” no le garantiza que el trabajo resulte bien a la primera. En cambio los sistemas sí le garantizan eso.
Anticipar y satisfacer consistentemente las necesidades de los clientes.
Dar libertad de acción a todos los empleados que tengan trato con los clientes, es decir, autoridad para atender sus quejas.
Preguntar a los clientes lo que quieren y dárselo una y otra vez, para hacerlos volver.
Los clientes siempre esperan el cumplimiento de su palabra. Prometer menos, dar más.
Mostrar respeto por las personas y ser atentos con ellas.
Reconocer en forma explícita todo esfuerzo de implantación de una cultura de calidad. Remunerar a sus empleados como si fueran sus socios incentivos.
Investigar quiénes son los mejores y cómo hacen las cosas, para apropiarse de sus sistemas, para después mejorarlos.
Alentar a los clientes a que digan todo aquello que no les guste, así como manifiesten lo que sí les agrada.
No dejar esperando al cliente por su servicio, porque todo lo demás pasará desapercibido por él, ya que estará molesto e indispuesto a cualquier sugerencia o aclaración, sin importar lo relevante que ésta sea.
Dar un buen servicio al cliente para que los vuelva a utilizar.

  • McConnell, Campbell R. (2009). Economics. Principles, Problems and Policies (PDF contains full textbook) (en inglés) (18th edición). New York: McGraw-Hill. ISBN 978-0-07-337569-4. Archivado desde el original el 6 de octubre de 2016. , Glossary, p. G-25.
  • Bannock, Graham et al. (1997). Dictionary of Economics, Penguin Books.
  • John Swearingen: Operations Management - Characteristics of services
  • Alan Pilkington, Kah Hin Chai, "Research Themes, Concepts and Relationships: A study of International Journal of Service Industry Management (1990 to 2005)", International Journal of Service Industry Management, (2008) Vol. 19, No. 1, pp. 83–110.
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